Sherlock Holmes, James Bond, Philip Marlowe y otros personajes a la caza de un autor

El encargo a Carlos Zanón de resucitar a Pepe Carvalho se suma a una larga tradición de célebres personajes literarios recuperados por escritores ajenos

Silueta de Sherlock Holmes, uno de los personajes que ha vuelto a la vida ABC

Cuando, en algún momento de 2018, el escritor barcelonés Carlos Zanón publique una nueva novela protagonizada por el Pepe Carvalho de Manuel Vázquez Montalbán, la industria editorial española no habrá hecho más que confirmar una tendencia que desde hace años se impone en la narrativa anglosajona: la de los personajes capaces de sobrevivir a sus autores y renacer en manos de otros escritores. Una maniobra de reanimación post-mortem que ha devuelto a las librerías a personajes legendarios de la literatura como Sherlock Holmes, James Bond o Hercule Poirot y que ahora permitirá volver a disfrutar de unas de las grandes creaciones de la novela negra española.

Elemental, querido Horowitz

Arthur Conan Doyle ABC

A pesar de que la figura de Sherlock Holmes ha desbordado los límites de la gestión de derechos y ha propiciado infinidad de afluentes literarios -incluso Jardiel Poncela se atrevió con sus «Novísimas aventuras de Sherlock Holmes»-, no fue hasta bien entrado el siglo XXI que la fundación que velaba por los derechos de Sir Arthur Conan Doyle dio luz verde a la primera secuela oficial de la serie. El escogido para tamaño desafío fue el guionista y escritor de literatura infantil Anthony Horowitz, quien en 2011 tiró del hilo de las cuatro novelas y los 56 relatos cortos que protagonizó Holmes para viajar a 1890 y relatar en «La casa de la seda» cómo el doctor Watson rememora una de las primeras aventuras que vivió junto al popular detective.

Sophie Hannah es Agatha Christe

Sophie Hannah Philippa Gedge

Cuando la británica Sophie Hannah empezó a asomar la cabeza mostrando su habilidad para retorcer el suspense más obsesivo, ya hubo quien la señaló como la heredera más o menos natural de Agatha Christie, así que a nadie extrañó que, a la hora de devolver a la vida al espigado y afrancesado Hercule Poirot, ella fuese la escogida. El desafío era mayúsculo, pero en vez de limitarse a calcar el estilo de Christie, la autora de «La cuna vacía» le dio un vuelco a la serie inventando un nuevo personaje, Edward Catchpool, responsable de narrar las pesquisas de Poirot, y situando la trama de «Los crímenes del monograma» en 1929, año en que la reina del suspense no escribió ninguna historia de Poirot.

El Marlowe de Benjamin Black

John Banville IGNACIO GIL

No contento con desdoblarse en Benjamin Black cuando se acerca a la novela negra, el escritor irlandés John Banville añadió una nueva derivada a su prodigiosa carrera metiéndose en el pellejo de Raymond Chandler para, ahí es nada, resucitar a Philip Marlowe con «La rubia de ojos negros». «He leído sus libros desde mi adolescencia, sabía cómo escribía. Todas las series de televisión actuales, sobre todo las de la HBO, salen de la obra de Chandler. Tienen un personaje fuerte, otros secundarios interesantes y argumentos increíblemente complejos, con diálogos graciosos. Todo eso viene de Chandler. Incluso los que no han leído sus libros se benefician de la revolución que Chandler trajo al género negro», explicó en su momento un autor que, además de solventar con maestría el encargo, se metió en el pellejo de Chandler hasta tal punto que logró recrear a la perfección la atmósfera de aquellos relatos con los que la novela negra empezó a ganar velocidad.

David Lagercrantz y el lío de Millenium

David Lagercrantz AFP

A David Lagercrantz le tocó la lotería el día que alguien decidió que él, conocido hasta ese momento por haber firmado la biografía del futbolista Zlatan Ibrahimovic, sería la persona idónea para tomar las riendas de Mikael Blomkvist y Lisbeth Salander y añadir un nuevo capítulo a la exitosa trilogía Millennium de Stieg Larsson, quien falleció sin llegar a ver la onda expansiva que provocaba su zambullida en los bajos fondos de la sociedad sueca. La pareja de Larsson, Eva Gabrielsson, rechazó abiertamente esta secuela, pero nada de eso amilanó a un autor que, ocho años después de «La reina en el palacio de las corrientes de aire», devolvió a Blomkvist y Salander a las librerías con «Lo que no te mata te hace más fuerte». A pesar de que las críticas fueron dispares, la novela fue un éxito de ventas, por lo que Lagercrantz prepara ya la quinta entrega de la saga Millenium.

Los mil nombres de James Bond

William Boyd David Sandison

Ian Fleming le dió carta de naturaleza en 1953 con «Casino Royale» y, lejos de desaparecer tras la muerte de su autor en 1964, Bond, James Bond, no ha hecho más que saltar de mano en mano en busca de un autor a la altura de sus expectativas. Al poco de morir Fleming, el eminente Kingsley Amis se hizo cargo de la revisión del manuscrito de «El hombre de la pistola de oro» y firmó bajo el pseudónimo de Robert Markham «Colonel Sun». Después vendrían las novelizaciones de las películas a cargo de John Gardner, quien se encargó de descafeinar a Bond hasta el extremo de hacerle beber té y conducir un SAAB, y las seis novelas con la que Raymond Benson enderezó el rumbo. Con el cambio de siglo llegó también un cambio de estrategia: buscar a escritores ya consolidados y arrastrarlos al imaginario del agente secreto más famoso de todos los tiempos. Así, Sebastian Faulks y Jeffery Deaver se fueron pasando la pelota hasta que esta acabó en manos del escocés William Boyd, quien de momento cierra la saga con «Solo».

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